¿Qué los anima a estos personajes, cuya misión parece ser meter la pata una y otra vez? ¿Qué los mueve tozudamente hacia adelante, donde solo los espera un irremediable papelón o un absurdo fracaso? ¿Cómo es posible protagonizar hechos que por lo común comportarían una definitiva pérdida de toda dignidad, sin que medie ningún rubor, vergüenza o arrepentimiento?

El humor es la clave que elige Paula Córdova para contarnos las peripecias del inspector Arturo Russo en su primera novela.

 Hinojo Grande es una serie de malentendidos perpetrados cómicamente por la torpeza de unos personajes que se hacen, a su manera, entrañables para el lector, y que nos guían por el mundo del absurdo.

Por supuesto, el absurdo es un género difícil, arduo, para el que lo cultiva: se trata de lograr el mayor de los ilusionismos: que el lector desprevenido se sienta preso de la arbitrariedad, sin que se dé cuenta de que los hechos están ceñidos a una lógica implacable, oculta y necesaria. Se trata también de que el lector advertido sí la presienta y, no obstante, pueda entregarse al sueño de la frescura con que la historia se ofrece.

Lo dijo Paul Valéry: el arte es bailar encadenado.»

Hugo R. Correa Luna