La exposición “La montaña no es la montaña”, del escultor y montañista Juan Pablo Marturano, que reúne obras inspiradas en la Cordillera de Los Andes, abrió sus puertas en la porteña galería Calvaresi, donde permanecerá hasta el 15 de noviembre.

Curada por María José Herrera, la muestra reúne esculturas con piedras, tallas en mármol y granito y una instalación diseñada por el artista ganador en 2017 del Gran Premio del Salón Nacional de Artes Visuales, quien es además un experimentado montañista.

Marturano (Buenos Aires, 1975) suele pasar tres o cuatro semanas solo en la cordillera y establece una relación muy honda con el paisaje: desde hace 20 años viene escalando montañas y en cada una deja como ofrenda una escultura hecha con piedras, costumbre que adquirió en Japón, donde se doctoró en arte.

“Si bien cada montaña es distinta, todas me remiten a la idea de una misma montaña imaginaria. Esta concepción se relaciona con una rica variedad de mitos y leyendas, como las de la montaña mágica o sagrada, en donde se simboliza aquello que actúa como puente entre el cielo y la tierra. Es una metáfora que nos indica que el camino que une lo visible y lo invisible pasa inevitablemente por nuestro mundo tangible”, contó el artista que ha expuesto en museos de Japón, Italia, Francia, Alemania y los Estados Unidos.

“Monte Fuji”, “Ofrenda al Aconcagua” y “Ofrenda al volcán Domuyo” son algunos de los nombres de las obras de este artista que, en palabras de la curadora, María José Herrera, “realiza paisajes escultóricos, retratos de montañas”.