A lo largo de las últimas dos décadas, Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973) ha creado un cuerpo de esculturas y grandes instalaciones en las que la apariencia arquitectónica de lo cotidiano funciona como una especie de trampa perceptiva: conduce al espectador desprevenido a una paradoja visual que desafía los presupuestos del orden y las reglas del mundo material. En el universo paralelo de Erlich, las escaleras no llevan a ninguna parte, los ascensores no se detienen en su destino, los espectadores pasivos se convierten en participantes activos, las nubes adquieren nuevas características físicas y la solidez de los espacios edificados resulta ser una fugaz ilusión óptica.Liminal es la primera exposición antológica de Erlich en Argentina; abarca un período de más de dos décadas de producción e incluye trece piezas seleccionadas por el curador invitado Dan Cameron, actualmente radicado en Nueva York. Ocupará el subsuelo y el segundo piso del museo, en un recorrido diseñado de tal modo que sugiere una narrativa subyacente y que conduce a los visitantes a una serie de encuentros que, por acumulación, van introduciendo dudas sobre la fiabilidad de su propia información sensorial.El título de la exhibición refiere a una zona existente en el umbral de otro espacio e indirectamente remite a la posición de estar a punto de cruzar hacia, o entrar en un lugar o estado de existencia específicos, pero sin llegar nunca del todo. Oscilar en el borde liminar de una experiencia sugiere que siempre estamos atrapados entre una realidad previa que ya ha sido dejada atrás y una nueva realidad que nos invita y está cerca, pero que nos deja varados si nos demoramos.