Un homenaje a la única mujer con obra firmada de la colección.

Un artista no sólo está en sus obras. Está en sus herramientas, en las capas de pintura que se acumulan en la paleta, en sus trazos. Ver lo que rodea a las obras es algo excepcional. Entrar en su mundo, conocer su intimidad, lo que la hizo artista. Esa es la propuesta de Léonie Matthis, paisajista de la historia

Este homenaje comenzó a gestarse de una manera inusual. La bisnieta de Léonie, Paula Léonie Vergottini, entró al museo a ver la pintura de su bisabuela. La obra de Léonie Matthis es la única obra de una mujer con firma en la colección del Museo. Habitualmente, se exhibe en la sala Capitular. Paula conversó con los guardias de sala que la pusieron en contacto con trabajadoras del Museo. De ese encuentro surgió la idea de realizar un proyecto en conjunto.

Paula nos abrió sus recuerdos de infancia, los relatos de su abuela Lela, de su mamá. Nos mostró cartas, fotos, bocetos. Algunos de esos objetos están exhibidos junto a su obra “25 de mayo de 1810” en Léonie Matthis, paisajista de la historia.

Un recuerdo. Un espacio. Un homenaje. Una historia de vida

Léonie Matthis, la mujer que pintó la Revolución