Organizada en módulos construidos a partir de historias de vida narradas en video, la muestra del Museu da Pessoa de São Paulo, el primer museo virtual del mundo, brinda una representación de la identidad y memoria colectiva de los brasileños en los siglos XX y XXI. Presentar en Buenos Aires la historia del país contada a partir de las historias de su gente cumple la misión de sacar a la luz un Brasil muchas veces desconocido o poco explorado, que tiene el potencial de conectarse con la historia argentina desde una perspectiva latinoamericanista, en la que las especificidades de cada una de las naciones encuentran un origen común también en su diversidad.

MEMORIA DE LOS BRASILEÑOS

Imagínese si su vida estuviera expuesta en un museo. “¿Mi vida?”, se preguntaría, “¿Qué tendrá de importante para estar en un museo?”

El Museu da Pessoa fue fundado hace 27 años en Brasil exactamente con esa misma idea. Nuestra memoria es lo que nos hace entender quiénes somos y, por ello, es nuestro mayor patrimonio. Sin embargo, si nuestra propia narrativa de vida es lo que constituye nuestra identidad, ¿qué es lo que aprendemos cuando escuchamos las historias de los demás?

Fundado con el objetivo de transformar las historias de vida en fuentes de conocimiento, conexión y comprensión entre las personas, se trata de un museo virtual y colaborativo. El acervo crece cada día con las narrativas enviadas en videos, textos y fotos por medio de Internet. El Museu da Pessoa está permanentemente abierto a la participación de toda persona de nuestra sociedad.

Esta exposición, que cuenta con el subsidio del Programa Ibermuseos, presenta un retrato de Brasil a partir de la lectura del acervo del museo. El contenido presentado fue organizado para una exposición realizada en el Museo de la Civilización en Quebec, Canadá, en 2016. 

Las obras expuestas son una compilación de historias reunidas en 5 núcleos temáticos: Saberes y Haceres, Contemporaneidad, Transformación, Conflictos y Narradores. 

Esperamos brindar al visitante una experiencia única. Al fin y al cabo, se trata de una de las experiencias más simples y preciosas que existen: escuchar al Otro.