En un paraje de Misiones, fronterizo con Brasil, vive un pequeño pueblo agricultor de origen brasileño. Instalados en antiguas tierras fiscales y perseguidos durante la última dictadura argentina, en los 80 lograron ser dueños de estas tierras con la vuelta a la democracia. En este documental, la directora Florencia Bohtlingk (quien también es artista plástica y desde los 90 pinta al óleo los paisajes selváticos del lugar) retrata la vida alegre y sencilla de estos colonos singulares. Con entrevistas y escenas cotidianas registra sus trabajos con carros de bueyes, su contacto con la tierra y sus historias mínimas. “Creo que es un modo de vida que va a ir desapareciendo por la concentración en las ciudades”, dice Bohtlingk.