Luego de doscientos años de vicisitudes, la casa colonial que le da vida al Viejo Almacén puede estar segura de lo que es: una de las clásicas e indiscutibles tanguerías de la Ciudad de Buenos Aires.

En la segunda mitad de su vida, Edmundo Rivero tuvo que ser un hombre habituado a estar al frente del escenario; ya fuera visitando los estudios de radio y televisión con su guitarra al hombro, luciéndose como cantor en los recreos de Quilmes o respaldado por las emblemáticas orquestas de Aníbal Troilo u Horacio Salgán, una vez que conocieron el éxito, su cara larga y su voz grave debieron acostumbrarse al protagonismo.

Sin embargo, en 1969 hubo un edificio que lo convenció de correrse de la foto. Cautivado por las mil historias que contaban las paredes de esa esquina sin ochava, primero almacén, luego hospital y después burdel, Rivero decidió afincar en Balcarce e Independencia una de las tanguerías más reconocidas de la Ciudad, que a punto de cumplir 50 años mantiene su vigencia como referente.

La casa de estilo colonial, construida en 1798, fue originalmente pensada como un almacén de campaña en el barrio de San Telmo, pero 40 años después se convirtió en el primer Hospital Británico de la Ciudad. Allí se realizó, en las manos del Dr. John Williams Mackenna, la primera intervención quirúrgica con éter. El edificio comenzó así una incontable sucesión de encarnaciones: fue oficina de Aduanas, refugio de combatientes heridos durante la Guerra del Paraguay, asilo de enfermos en las epidemias de fiebre amarilla, prostíbulo, guarida de malevos, tienda de ramos generales y conventillo. Finalmente, en 1900, su destino pareció tomar forma definitiva cuando una inmigrante rusa abrió allí el restaurante El Volga, que con el tiempo se volvió un resguardo para músicos y artistas de la bohemia porteña.

Una vez rebautizado por Rivero, el Viejo Almacén supo citar sobre su escenario a artistas como Roberto Goyeneche, Osvaldo Pugliese, Leopoldo Federico y Aníbal Troilo, entre muchos otros. Por problemas financieros, debió cerrar sus puertas en 1993, pero luego de un hiato de tres años –y diez después de la muerte de su fundador- fue reinaugurado como la tanguería de gran despliegue artístico y gastronómico que es hoy. Orientada mayormente a recibir turistas, el Viejo Almacén ofrece los 365 días del año shows de danza y música de primer nivel, manteniéndose como un baluarte del tango en la ciudad del tango.

Cena Show: Todas las noches a las 22 h | Balcarce 799 esquina Independencia, San Telmo