El proyecto de Eric Mandarina nace de la construcción de una técnica de percusión sobre diferentes partes de una guitarra clásica. Fusionando este elemento musical con beatbox, relatos, rimas, recursos tanto del teatro como de la poesía, transforma el cuerpo, el texto y el espacio en elementos compositivos que llevan al límite el uso de los recursos escénicos-musicales utilizando solo una guitarra y la voz. Sin intervención digital y de forma austera, destaca en lo que es formato de trovador, cantautor y solista.
Como una segunda capa, atravesando los géneros Funk, Reggae, Rap y Hip Hop, dispone de un formato más amplio con un ensamble de instrumentos de viento, bajo eléctrico, charango y un despliegue de radios, televisores y múltiples objetos cotidianos formando una puesta en escena, que nos devuelve una experiencia auditiva y visual cargada de surrealismo, escenas, sonidos y discursos extrañados pero reconocibles. Generando una profunda empatía e identificación en sus espectadores.